martes, 14 de octubre de 2008

Zanahoria, Huevo o Café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida “ ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. Entonces, la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Que significa esto, padre?" Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura, soberbia; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. "¿Cuál eres tu hija?" Le dijo. "Cuando la adversidad llama a tu puerta; ¿cómo respondes?” ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero que después de una muerte, una separación, un despido, una piedra en el camino se vuelve duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tu reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Por eso no dejes jamás de esparcir con tu fuerza y positivismo el "dulce aroma del café." Recordemos: No somos responsables de las eventualidades que la vida nos presenta, pero sí somos responsables de nuestra actitud y reacción ante ellas.

Once Peticiones Desoídas

1. Yo había pedido a Dios poder para ser amado, y me he encontrado con el amor para no necesitar ser poderoso. 2. Yo le había pedido la salud para hacer grandes cosas, y me he encontrado con la enfermedad para hacerme grande. 3. Yo le había pedido la riqueza para ser feliz, y me he encontrado con la felicidad para poder vivir en la pobreza. 4. Yo le había pedido leyes para dominar a otros, y me he encontrado con la libertad para liberarlos. 5. Yo le había pedido admiradores para estar rodeado de gente, y me he encontrado amigos para no estar solo. 6. Yo le había pedido ideas para convencer, y me he encontrado respeto para convivir. 7. Yo le había pedido dinero para comprar cosas, y me he encontrado personas para compartir mi dinero. 8. Yo le había pedido milagros para creer, y él me ha dado fe para hacer milagros. 9. Yo le había pedido una religión para ganarme el cielo, y él sólo me ha dado a su Hijo para acompañarme por la tierra. 10. Yo le había pedido de todo para gozar en la vida, y él me ha dado la vida para que goce de todo. 11. Yo le había pedido ser un Dios, y él eligió hacerse humano como yo.
sábado, 11 de octubre de 2008

Los Ángeles de Papi

"Querido Dios, ¿podrías, por favor, enviar dos ángeles para que protejan a mi papi? No quiero ser egoísta, pero, tú sabes, él mide 6 pies con 5 pulgadas. Podría necesitar las alas de dos ángeles para que lo cubran por completo. Por favor deja que sus alas sean sus escudos cuando las balas y los cohetes sean disparados. Déjale saber que él es protegido y dale conforte. Amén." Le pedía a mis hijas que oraran esta oración todos los días mientras mi esposo se había ido, y yo repetía una oración similar varias veces durante el día. Dos semanas después mi esposo volvió de Baghdad, él contó una historia de cómo después de la media noche y sintió que adentro de su trailer había un intruso es su pequeño cuarto. Cuando su búsqueda reveló que no había nadie, él se preparó para dormir con un gran sentimiento de paz y conforte. Una hora más tarde él fue despertado por el sonido de disparos de balas. Acostado sobre su estomago, con su arma, él nos contó como nunca sintió miedo. Mi hija le preguntó cómo fue esto posible. Mi esposo le dijo que pudo sentir a alguien en el cuarto protegiéndolo. En realidad, dijo, se sentía más como dos. Los ojos de mi hija se abrieron bien grandes, mientras ella me miraba y dijo, "los ángeles de papi." Esto fue lo primero que mi esposo escuchó sobre nuestra oración especial por él. Tammy Ross

La Entrevista

Una famosa periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo, artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores e ingenieros. Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influído en su comunidad o naciones y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras. Un día de camino a su oficina le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida la cual estaría relacionada con su obra máxima: el hombre; de repente , se vio envuelta por una gran luz en medio de un torbellino: - Para, me dijo, asi que quieres entrevistarme? - Bueno, le contesté , si es que tienes tiempo. Se sonrió y dijo: - Mi tiempo es la eternidad y alcanza para todo. Qué pregunta quieres hacerme? - Ninguna nueva ni difícil, para ti: que comentario te merece el hombre a quien creaste a tu imagen y semejanza? Un poco entristecido, Dios respondió : Que se aburre de ser niño por la prisa de crecer, y luego suspira por volver a ser niño. Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para recuperar la salud. Que se pasa toda la vida acumulado bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán. Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuida su hora actual, y ni vive el presente ni el futuro. Que se pasa toda la vida tratando de ser feliz y se olvida que la felicidad no es otra coasa que la capacidad de disfrutar lo que se tiene. Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. Que se pasa toda la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor. Que se pasa la vida buscanco triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. Que se pasa la vida buscanco la aprobación de los demás, cuando ni siquiera él mismo se aprueba. Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que ésta es producto de sus decisiones. Que se pasa la vida cambiando a los amigos, sin comprender que son los amigos los que cambian. Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo. Que vive como si no fuera a morirse y, sin embargo, se muere como si no hubiera vivido. Que creé al hombre para que sea feliz, pero él escogió la infelicidad. Y una profunda tristeza se llenó el lugar

Fábula China

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío. Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz" Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China" La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos. En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles" Maravilloso relato, ¿no? En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido... Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir "me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto". Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... la "viveza" se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos... La verdad, la sinceridad, la humildad... no son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO. Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados... ese ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso... de ti depende.

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