jueves, 12 de febrero de 2009

El Sustento de las Parejas

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga, en lugar de entrar en la hueca monotonía del matrimonio. El maestro les dijo que respaldaba su opinión, pero les relato lo siguiente: Mis padres vivieron 55 años casados: una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó; Mi padre la alcanzó, la levanto como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando sin respetar los altos, la condujo hasta el hospital. Cuando llegó por desgracia, ya había fallecido. Durante su sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano el teólogo, que le dijera, dónde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió: "Llévenme al cementerio".  ¡"Papá - respondimos- Son las 11 de la noche! No podemos ir al cementerio ahora"! Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: - "No discutan conmigo, por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fué su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos mas. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lapida. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: -``fueron 55 años...¿saben?, nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de que es compartir la vida con una mujer así ´´ Hizo una pausa y se limpió la cara. -``ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis cuando cambie de empleo ´´ continuó. `` hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de la ciudad; compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada navidad y perdonamos nuestros errores...´´ -Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por que? Porque se fue antes que yo, no tuve que ver la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera... Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lagrimas . Lo abrazamos y el nos consoló: - " todo está bien hijos, podemos irnos a casa, ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es un verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle. Este tipo de amor era algo que no conocían. 

La Niña de las Manzanas

Un grupo de vendedores fueron a una Convención de Ventas. 
Todos le  habían prometido a sus esposas que llegarían a tiempo para cenar el viernes por la noche. 
Sin embargo, la convención terminó un poco tarde, y llegaron retrasados al aeropuerto. 
Entraron todos con sus boletos y portafolios, corriendo por los pasillos.
De repente, y sin quererlo, uno de los vendedores tropezó con una mesa que tenía una Canasta de Manzanas. 
Las manzanas salieron volando por todas partes.
Sin detenerse, ni voltear para atrás, los vendedores siguieron corriendo, y apenas alcanzaron a subirse al avión. Todos menos UNO. 
Este se detuvo, respiró hondo, y experimentó un sentimiento de compasión por la dueña del puesto de manzanas. Le dijo a sus amigos que siguieran sin él y le pidió a uno de ellos que al llegar llamara a su esposa y le explicara que iba a llegar en un vuelo más tarde.
Luego se regresó a la Terminal y se encontró con todas las Manzanas tiradas por el suelo. 
Su sorpresa fue enorme, al darse cuenta de que la dueña del puesto era una Niña Ciega.
La encontró llorando, con enormes lágrimas corriendo por sus mejillas. Tanteaba el piso, tratando, en vano, de recoger las manzanas, mientras la multitud pasaba, vertiginosa,  sin detenerse; sin importarle su desdicha. 
El hombre se arrodilló con ella, juntó las manzanas, las metió a la canasta y le ayudó a montar el puesto nuevamente. 
Mientras lo hacía, se dio cuenta de que muchas se habían golpeado y estaban magulladas.
Las tomó y las puso en otra canasta. Cuando terminó, sacó su cartera y le dijo a la niña:
“Toma, por favor, estos cien pesos por el daño que hicimos”.
 ¿Estás bien?" Ella, llorando, asintió con la cabeza. El continuó, diciéndole - "Espero no haber arruinado tu día". Conforme el vendedor empezó a alejarse, la niña le gritó: - "Señor..." Él se detuvo y volteó a mirar esos ojos ciegos. Ella continuó:
"¿Es usted Jesús...?” Él se paró en seco y dio varias vueltas, antes de dirigirse a abordar otro vuelo, con esa pregunta quemándole  y vibrando en su alma: 
"¿Es usted Jesús?" 
Y a Tí, 
¿la gente te confunde con Jesús?
Porque ese es nuestro destino, ¿no es así? 
Parecernos tanto Jesús, que la gente no pueda distinguir la diferencia. Parecernos tanto a Jesús, conforme vivimos en un mundo que está ciego a su Amor, su Vida y su Gracia. Si decimos que conocemos a Jesús, deberíamos vivir y actuar como lo haría Él. Vivir su palabra cada día.
Tú eres la niña de sus ojos, aún cuando hayas sido Golpeado por las Caídas. Él dejó todo y nos recogió a Tí y a Mí en el Calvario; y pagó por Nuestra Fruta Dañada.

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