miércoles, 24 de diciembre de 2008

El Sueño de María

Tuve un sueño, José.... no lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo; creo que si era acerca de eso. La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era muy peculiar, ya que todos los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, todo lo colocaban debajo de un árbol. Si, un árbol, José, dentro de una casa. Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol, me parecía ver una estrella o un ángel, oh! Era verdaderamente hermoso. Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos; se los intercambiaban unos con otros José, pero, no quedó alguno para nuestro Hijo. Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su nombre; ¿no te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?. Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado en la celebración, hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso José y todos tan felices, pero yo sentí enormes ganas de llorar. Que tristeza para Jesús no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños. Estoy contenta porque sólo fue un sueño, pero que terrible José, si esto hubiera sido realidad.
domingo, 14 de diciembre de 2008

Bendición de la Mesa en Navidad

Al iniciar la cena:
+En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Esta noche buena nos reunimos en esta mesa para recordar y celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Te damos gracias Señor, Dios Padre Omnipotente, porque por tu bondad en una noche como ésta, permitiste que tu Único hijo se hiciera hombre para liberarnos del yugo del pecado.
Gracias, Padre Nuestro, por el cariño de predilección que nos tienes, aún sin merecerlo.
Gracias, Jesús Nuestro Señor, porque nos enseñaste a ser humildes naciendo en un pesebre cuando podías haber nacido en un palacio. Enséñanos a ser como tú, humildes y mansos de corazón.
Gracias, San José, hombre recto y justo que acogiste con generosidad al Hijo del Altísimo y que protegiste con amor y devoción a la Santa Madre de Dios.
Gracias Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, por haber dicho “Si” cuandoel ángel te anunció la voluntad del Padre.
En esta Noche Santa, te pedimos Señor por nuestras necesidades: Te pedimos por la Santa Iglesia Católica, por el Sumo Pontífice, por los Obispos, por los Sacerdotes, por los diáconos, por los misioneros, por los religiosos y por todos aquellos hermanos que han entregado su vida para predicar el Evangelio.
Te pedimos la Paz del mundo. Te pedimos por nuestra Patria y por nuestros gobernantes, para que sepan guiarcon prudencia y justicia a nuestra nación. Te pedimos Señor por nuestra familia, por nuestros amigos, por nuestros compañeros de trabajo, por nuestros empleados.
Señor, Dios del Universo, te damos gracias por estos alimentos que por tubondad recibimos de tus manos. Te pedimos por los pobres del mundo que no pueden, en esta Noche Santa, cenar como nosotros cenamos. Te pedimos por ellos, y por nosotros para que aprendamos a compartir los bienes que nos das todos los días, para que a ejemplo de Jesucristo Señor nuestro, sepamos vivir la caridad con nuestro prójimo todos los días de nuestra vida.
Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos.
El Rey de la Gloria Eterna nos haga partícipes de Su mesa Celestial.
Contestan todos: Amén
Pbro. Juan José González Parada

Un Hermano Así

Un hombre llamado Paul recibió un auto como regalo de Navidad. La noche anterior, cuando Paul salió de la oficina, había un chico de la calle dando vueltas alrededor del auto flamante y brillante al que miraba con admiración.
-¿Este auto es suyo señor?- preguntó.
Paul asintió.
-Me lo regaló mi hermano para Navidad.
El chico estaba maravillado.
-¿Quiere decir que su hermano se lo dio y no le costo nada? Que suerte, ojalá...
-vaciló.
Naturalmente Paul sabía cual era su deseo. Ojala él hubiera tenido un hermano así. Pero lo que el chiquillo dijo, dejó a Paul paralizado de la cabeza a los pies.
-Ojala -continuó- yo pudiera ser un hermano así.
Paul miró al chico anonadado, y agregó, impulsivamente:
-¿Te gustaría dar una vuelta en mi auto?
-Oh, si, me encantaría.
Después de un breve paseo, el chico se volvió y con los ojos fulgurantes dijo:
-Señor, ¿le molestaría pasar por frente a mi casa? Paul esbozó una sonrisa. Creyó saber que quería el muchacho. Quería mostrarles a los vecinos que podía llegar a su casa en un auto grande. Sin embargo, por segunda vez se equivocó.
-¿Podría frenar donde están esos dos escalones -preguntó el chico.
Subió los dos escalones corriendo. Pasó un ratito y Paul lo oyó regresar, pero no venía rápido. Cargaba a su hermanito inválido. Lo sentó en el escalón de abajo, después se apretó un poco contra él y señaló el auto.
-Ese es Buddy, como te dije arriba. El hermano se lo regaló para Navidad y no le costó ni un centavo. Algún día yo te voy a dar uno así... y entonces podrás ver todas las cosas lindas que hay en las vitrinas de Navidad de las que yo te he hablado.
Paul se bajó y sentó al pequeño en el asiento delantero del auto. El hermano mayor, eufórico, y los tres iniciaron un paseo memorable. Esa Nochebuena, Paul entendió qué quería decir Jesús con: "Es mejor dar que recibir..."
Dan Clark
Tomado del libro, Chocolate caliente para el Alma.

Carta de Navidad a los Niños

¡Queridos niños!
Dentro de pocos días celebraremos la Navidad, fiesta vivida intensamente por todos los niños en cada familia. Deseo dirigirme a vosotros, niños del mundo entero, para compartir juntos la alegría de esta entrañable conmemoración.
La Navidad es la fiesta de un Niño, de un recién nacido. ¡Por esto es vuestra fiesta! Vosostros la esperáis con impaciencia y la preparáis con alegría, contando los días y casi las horas que faltan para la Nochebuena de Belén.
Parece que os estoy viendo: preparando en casa, en la parroquia, en cada rincón del mundo el nacimiento, reconstruyendo el clima y el ambiente en que nació el Salvador. ¡Es cierto! En el período navideño el establo con el pesebre ocupa un lugar central en la Iglesia. Y todos se apresuran a acercarse en peregrinación espiritual, como los pastores la noche del nacimiento de Jesús. Más tarde los Magos vendrán desde el lejano Oriente, siguiendo la estrella, hasta el lugar donde estaba el Redentor del universo. También vosotros, en los días de Navidad, visitáis los nacimientos y os paráis a mirar al Niño puesto entre pajas. Os fijáis en su Madre y en san José, el custodio del Redentor. Contemplando la Sagrada Familia, pensáis en vuestra familia, en la que habéis venido al mundo. Pensáis en vuestra madre, que os dio a luz, y en vuestro padre. Ellos se preocupan de mantener la familia y de vuestra educación. En efecto, la misión de los padres no consiste sólo en tener hijos, sino también en educarlos desde su nacimiento.
Queridos niños, os escribo acordándome de cuando, hace muchos años, yo era un niño como vosotros. Entonces yo vivía también la atmósfera serena de laNavidad, y al ver brillar la estrella de Belén corría al nacimiento con mis amigos para recordar lo que sucedió en Palestina hace 2000 años. Los niños manifestábamos nuestra alegría ante todo con cantos. ¡Qué bellos y emotivos son los villancicos, que en la tradición de cada pueblo se cantan en torno al nacimiento! ¡Qué profundos sentimientos contienen y, sobre todo, cuánta alegría y ternura expresan hacia el divino Niño venido al mundo en la Nochebuena!
También los días que siguen al nacimiento de Jesús son días de fiesta: así, ocho días más tarde, se recuerda que, según la tradición del Antiguo Testamento, se dio un nombre al Niño: llamándole Jesús.Es justamente así: este Niño, ahora recién nacido, cuando sea grande, como Maestro de la Verdad divina, mostrará un afecto extraordinario por los niños.
Dirá a los Apóstoles: « Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis », ya ñadirá: « Porque de los que son como éstos es el Reino de Dios » (Mc10, 14). ¡Alabad el nombre del Señor! ¡Alabad el nombre del Señor! Los niños de todos los continentes, en la noche deBelén, miran con fe al Niño recién nacido y viven la gran alegría de la Navidad.
Cantando en sus lenguas, alaban el nombre del Señor. De este modo se difunde por toda la tierra la sugestiva melodía de la Navidad. Son palabras tiernas y conmovedoras que resuenan en todas las lenguas humanas; es como un canto festivo que se eleva por toda la tierra y se une al de los Angeles, mensajeros de la gloria de Dios, sobre el portal de Belén: « Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes El se complace » (Lc 2, 14).
El Hijo predilecto de Dios se presenta entre nosotros como un recién nacido; entorno a El los niños de todas las Naciones de la tierra sienten sobre sí mismosla mirada amorosa del Padre celestial y se alegran porque Dios los ama. El hombre no puede vivir sin amor. Está llamado a amar a Dios y al prójimo, pero para amar verdaderamente debe tener la certeza de que Dios lo quiere. ¡Dios os ama, queridos muchachos! Quiero deciros esto al terminar el Año de la Familia y con ocasión de estas fiestas navideñas que son particularmente vuestras.
Os deseo unas fiestas gozosas y serenas; espero que en ellas viváis una experiencia más intensa del amor de vuestros padres, de los hermanos y hermanas, y de los demás miembros de vuestra familia. Que este amor se extienda después a toda vuestra comunidad, mejor aún, a todo el mundo, gracias a vosotros, queridos muchachos y niños.
Así el amor llegará a quienes más lo necesitan, en especial a los que sufren y a los abandonados. ¿Qué alegría es mayor que el amor? ¿Qué alegría es más grande que la que tú, Jesús, pones en el corazón de los hombres, y particularmente de los niños, en Navidad? ¡Levanta tu mano, divino Niño, y bendice a estos pequeños amigos tuyos, bendice a los niños de toda la tierra!
Juan Pablo IIVaticano,
13 de diciembre de 1994.

Navidad en el Asilo

Esta historia sucedió en una capital centroamericana, donde mi esposo trabajaba como diplomático. Faltaba una semana para la Navidad y la Asociación de esposas de los diplomáticos había proyectado una fiesta de Navidad en el asilo de ancianos. En mi calidad de secretaria, tuve que telefonear a todas las asociadas para pedirles que prepararan algún plato y fueran a atender personalmente a los ancianos. La mayoría contestaba que encantada prepararía un pastel, pero que no tenían tiempo para asistir a la fiesta.
Me molestó constatar que tan solo ocho de treinta y cinco asociadas dijeron que vendrían a ayudar ¡y tenemos que servir a casi doscientos ancianos! El día de la fiesta llegué al asilo a tiempo y Gladys la presidenta de la asociación ya se encontraba tras la larga mesa en la que cada una iba dejando su torta. La esposa del embajador americano estaba preparando el ponche y cortando pasteles. Las pocas señoras que se habían comprometido a ayudar colocaban los adornos de Navidad, organizaban las sillas y realizaban los diversos trabajitos necesarios para poner en marcha la fiesta.
Qué lástima. Habría deseado que más señoras hubieran querido ayudar. ¿Por dónde quieres que empiece? La cálida sonrisa de Gladys casi borró mi resentimiento. Me pidió que les llevara la merienda a los ancianos que no podían salir de su cuarto. Cómo no; dije agarrando una bandeja. ¡Será mejor que comience pronto, pues voya tardar un siglo en servirles a todos! Empezó la música y no sé quién se puso a cantar villancicos con los ancianos, que estaban todos reunidos en el inmenso patio del establecimiento. Yo no tenía tiempo de escuchar ni disfrutar las canciones.
Me pasé la tarde corriendo de un lado a otro, llevando pasteles y ponche, sin mirar casi ni de reojo a los pacientes que servía. A cada uno le daba además una bolsa de caramelos y un regalo. Recorrí todas las alas del edificio, me dolían las piernas de subir las escaleras. Una de las tantas veces que subí, una viejita que llevaba un vestido estampado, rasgado y desteñido me tocó el brazo y me dijo tímidamente: Perdone, señorita. ¿Tendría la bondad de cambiarme el regalo? Me volví hacia ella irritada y repliqué: ¿Cambiarle el regalo? ¿Por qué? ¿Es que le tocó uno de hombre? No, no... dijo vacilante. Es que me tocaron perlas. Las perlas representan lágrimas y yo ya no quiero más lágrimas.
Pensé: ¡Qué superstición más tonta! ¡Hay que ver cómo está el mundo! ¡Deberían agradecer cualquier cosa que les dieran! Lo siento. Ahora estoy muy atareada. A lo mejor después se lo puedo cambiar. Me fui corriendo para llenar otra vez la bandeja y me olvidé al instante de la señora. Con la bandeja llena de tortas llegué corriendo a la sección de mujeres, en la planta baja. Abrí la puerta del cuarto A-14 apoyándome de espaldas y una vez dentro, di la vuelta; cuando ví lo que había allí, me estremecí de tal modo que la bandeja me empezó a temblar en mis manos. ¡En aquel cuarto feo y deslucido, acostada en un camastro de sábanas grises y con un camisón raído, estaba mi madre! ¿Mamá? ¡No puede ser! ¡Mamá está muerta! y de estar viva, no se encontraría en un lugar así. Se trataba de un asilo para ancianos sin familia, gente pobre y enferma que no tenía donde estar ni quien la cuidara. No podía ser; los ojos me estaban haciendo una jugarreta.
Cuando volví a abrirlos pude ver mejor a la mujer demacrada que ocupaba el cuarto. No era mi madre, sino una viejita de cabello gris y ojos azules, que ni se parecía mucho a ella. ¿Qué me habría pasado que pensé que esa pobre mujer era mi madre? Sería la madre de otro, no la mía. Entonces, ¿por qué no me sentí aliviada? Todo lo contrario, me embargó un dolor inmenso y se me hizo un nudo en la garganta.
Sin pronunciar palabra, volví a salir justo a tiempo para que no me viera llorar. Por el oscuro pasillo retorné a la mesa en la que se encontraba Gladys trabajando, muy animada. Se me debía de notar lo mal que me sentía, porque su expresión cambió en cuanto me vio y me dijo: ¿Qué te pasa, Betty? me preguntó, rodeándome con el brazo. Es que ví a mi madre... dije sollozando. ¡Acabo de ver a mi madre allí en un cuarto! No puedo seguir. Lo que te pasa es que estás agotada. Tómate un descanso. Varias personas que se encontraban por allí cerca empezaron a mirarme.
Agarré una servilleta y me fui corriendo para que no me vieran llorar. Me dirigí a un descansillo de la escalera del ala masculina, donde no había luz y me senté en el rincón, sollozando. Señor recé, ¿qué me pasa? ¿Me estoy volviendo loca?, y casi al instante oí Su respuesta, que no me llegó con palabras audibles sino en mis pensamientos: «Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres... y no tengo amor, de nada me sirve.»(1Cor.13:3)
Caí en la cuenta de que esas palabras iban sin duda alguna dirigidas a mí. Ese día yo había preparado tortas, caminado kilómetros, llevado comida a muchas personas, pero, ¿para qué? ¿A quién había estado sirviendo? ¿A quién había tratado con cariño? ¡Ni siquiera me había molestado en mirar a nadie! Los ancianos no significaban nada para mí, ni veía sus rostros... hasta que ví en alguien que sufría el rostro amado de mi madre. Entonces cobraron vida para mí los ancianos.
Perdóname, Señor dije en voz baja. Lo he hecho todo al revés. Tengo que volvera empezar. Respiré profundamente, me enjugué las lágrimas y volví a la mesa de los pasteles. Gladys me miró desde donde estaba ocupada y me dijo: Ya has hecho bastante por hoy, Betty. ¿Por qué no te vas a casa a descansar? Apartir de ahora nos las podremos arreglar con las que estamos. No me pidas que me vaya le respondí. En realidad recién voy a empezar como debe ser. Cuando estaba a punto de irme cargando otra bandeja, de pronto me acordé: Gladys, ¿tienes otro regalo para señoras? Tengo que cambiar uno. Ella me pasó una cajita que contenía un broche de piedras rojas con forma de corazón. Gracias, es ideal le dije, agarrándola y alejándome deprisa hacia el patio.
Haz que encuentre a esa mujer, oré para mis adentros. Ni me había molestado en mirarle la cara. Había estado demasiado ocupada para prestarle alguna atención y pasé de largo, como hicieron el levita y el sacerdote en la historia del buen samaritano. Busqué entre todos los ancianos, de fila en fila. A todos se les veía contentos, cantando villancicos mientras resonaba la música. Por primera vez en todo el día me empecé a sentir feliz. Entonces ví el andrajoso vestido estampado. La señora estaba sentada contra lapared, sola, teniendo en su regazo los caramelos sin desenvolver y las perlas.
Se veía muy triste y desdichada. Me acerqué corriendo.La busqué por todas partes. Tome, le traje un regalo diferente.
Alzó la vista sorprendida y luego, casi como quien pide perdón, agarró la caja y la abrió. Los ojos se le iluminaron como un árbol de Navidad y sonrió de oreja a oreja encantada. Muchas gracias, señorita exclamó es muy bonito. De nuevo se me hizo un nudo en la garganta, pero esta vez no me importó. Deje que se lo coloque le dije. Y déme esas perlas, que ninguna falta nos hacen las lágrimas en Navidad.
Cuando me fui, la dejé cantando en el patio con los demás y me dio la impresiónde que se me quitaba un peso tremendo de encima. Sólo me quedaba una cosa por hacer antes del fin de la fiesta: volver al cuarto A-14. De alguna forma tenía que darle las gracias a aquella paciente, pero no sabía cómo.
Cuando empujé la puerta, me encontré a la señora sentada en la cama, comiéndose la torta y cuando entré sonrió. Feliz Navidad, mamita le dije. Qué bueno que haya vuelto me contestó. Quería darles las gracias a todas las señoras por venir y hacernos la fiesta. Me gustaría hacerle un regalo, pero no tengo nada que le pueda dar. ¿Le puedo cantar una canción? Ya no me podía contener más y asentí con la cabeza. Me senté en la cama mientras ella me interpretó, con voz chillona, tres estrofas de una canción de lo más triste y de lo menos navideña que he oído en la vida. Pero el resplandor de sus ojos pudo más que la letra y dejó bien claro el mensaje de la Navidad

El Verdadero Valor de las Cosas

Sólo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos era mayor. No se podía ni caminar por los pasillos. ¿Por qué vine hoy? Me pregunté.
Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sabia que si no les compraba algo se resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que serian por lo menos 20 minutos de espera.
Frente a mi habían dos niños, un niño de 10 años y su hermanita de 5 años. El estaba mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor 3 tallas más grandes. Los pantalones le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados. Su hermanita lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes.
Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro. La cajera les entregó el recibo y dijo: son $6.09. El niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos. Finalmente contó $3.12. Bueno pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compraremos, añadió.
Ante esto la niña dibujó un puchero en su rostro y dijo: Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos”. Volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a volver.
Sin tardar yo le completé los tres dólares que faltaban a la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo era Navidad. Y en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una vozme dijo, " muchas gracias señor".
Aproveche la oportunidad para preguntarle que había querido decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos me respondió, Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?
Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. Por supuesto que sí, le respondí. Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas.

Dos Bebés en un Pesebre

En 1994 dos americanos respondieron una invitación que les hiciera llegar el Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética en las escuelas públicas, basada en principios bíblicos. Debían enseñar en prisiones, negocios, el departamento de bomberos, de la policía y en un gran orfanato.
En el orfanato había casi 100 niños y niñas que habían sido abandonados, y dejados en manos del Estado. De allí surgió esta historia relatada por los mismos visitantes: Se acercaba la época de las fiestas de 1994, los niños del orfanato iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de la Navidad. Les contamos acerca de Maria y José llegando a Belén, de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre. A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no podían contener su asombro. Algunos estaban sentados al borde de la silla tratando de captar cada palabra.
Una vez terminada la historia, les dimos a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que hicieran un tosco pesebre. A cada chico se le dio un cuadradito de papel cortado de unas servilletas amarillas que yo había llevado conmigo.
En la ciudad no se podía encontrar un solo pedazo de papel de colores. Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocando las tiras como paja. Unos pequeños cuadraditos de franela, cortados de un viejo camisón que una señora americana se olvidó al partir de Rusia, fueron usados para hacerle la manta al bebé. De un fieltro marrón que trajimos de los Estados Unidos, cortaron la figura de un bebé. Mientras los huérfanos estaban atareados armando sus pesebres, yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda.
Todo fue bien hasta que llegué donde el pequeño Misha estaba sentado. Parecía tener unos seis años y había terminado su trabajo. Cuando miró el pesebre quedó sorprendido al no ver un solo niño dentro de el, sino dos. Llamé rápidamente al traductor para que le preguntara por qué había dos bebes en el pesebre. Misha cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre comenzó a repetir la historia muy seriamente. Por ser el relato de un niño que había escuchado la historia de Navidad una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre.
Allí Misha empezó a inventar su propio final para la historia, dijo: "Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía mamá ni papá y que no tenía un lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con El. Le dije que no podía, porque no tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé qué cosa tenía que pudiese darle a El como regalo; se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor.
Por eso le pregunté a Jesús: Si te doy calor, ¿ese sería un buen regalo para ti? Y Jesús me dijo: Si me das calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya recibido. Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre."Cuando el pequeño Misha terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas empapando sus mejillas; se tapó la cara, agacho la cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un llanto profundo.
El pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría ni abusaría de él. ¡Alguien que estaría con él para siempre! Y yo aprendí que no son las cosas que tienes en tu vida lo que cuenta, sino quienes tienes, lo que verdaderamente importa.

Los Bienes Invisibles

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en su solo cuarto, en una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de Navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida del Niño Dios. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos. Pero su mamá sabe que no habrá regalos de Navidad para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se compran con dinero, y bienes invisibles, que no se compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo.
Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y se la muestra su mamá: "¡Está llena de bienes invisibles!", le dice, y se le ve feliz. Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se reúnen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su regalo. "¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído Papá Noel?", le preguntan. Tomás muestra feliz su media vacía: "¡A mí me ha traído bienes invisibles!",contesta. Los chicos se ríen de él. Entre ellos Federico un niño consentido quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por envidia sus compañeros le hacen burla porque su lindo auto a pedal no tiene marcha atrás, y enfurecido destruye el valioso juguete. El papá de Federico se aflige, y se pregunta como podría darle gusto a su hijo.
En eso ve a Tomás sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le pregunta:"¿Que te ha traído el Niño Dios?" "A mí bienes invisibles", contesta Tomás ante la sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de una mamá. El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá, el camino a la felicidad.
Autor: Bernardino Piñera Carvallo
viernes, 21 de noviembre de 2008

Cómo hacer de tu hijo un Delincuente

DALE DESDE NIÑO TODO LO QUE EL QUIERA.
Así llegara a mayor convencido de que el mundo entero le debe todo.
SI DICE GROSERÍAS O HACE TONTERÍAS FESTÉJASELAS.
Así creerá que es muy gracioso y aumentara su repertorio.
NO LE DES NINGUNA FORMACIÓN ESPIRITUAL.
Cuando sea mayor solo buscara lo material y superfluo.
NO LE DIGAS NUNCA QUE SE HA EQUIVOCADO.
Mas tarde cuando cometa un error, abuse, mienta o robe, estará
convencido de que la sociedad es la que lo persigue y quiere hacerle
daño.
RECOGE TODO LO QUE EL TIRA EN EL SUELO.
Así se convencerá de que todos deben estar a su servicio.
DÉJALO LEER Y VER TODO LO QUE EL QUIERA.
De esta forma asimilara la violencia, las desviaciones sexuales y la degradación humana.
DISCUTE Y PELEA CON TU PAREJA DELANTE DE EL.
Así cuando tu familia este destrozada, el no se dará por enterado, pero si destrozara luego la que él forme.
DALE TODO EL DINERO QUE QUIERA.
Así ni siquiera sospechara que se deba trabajar para poder disponer del dinero.
HAZ QUE TODOS SUS DESEOS ESTÉN SATISFECHOS
Así vivirá exigiendo a todos que le cumplan sus caprichos.
DALE SIEMPRE LA RAZÓN, ASÍ CUANDO EL FALLE
Creerá que sus maestros, la gente, y la ley, le están deseando el mal.
CUANDO QUIERA HABLAR CONTIGO
Dile que no tienes tiempo, que tienes mucho trabajo, o que estas
cansado, así buscara respuestas a sus preguntas con la persona
equivocada.
DÉJALE SOLO EN CASA MUCHAS VECES
Así buscará compensar su soledad con el alcohol y las drogas.
sábado, 8 de noviembre de 2008

El Sentido de la Vida

Cierto dia se encontraba un viejo caminando por la playa, a lo lejos pudo percibir que alguien entraba al mar y luego salia corriendo nuevamente y se agachaba a levantar algo de la arena. Y asi sucesivamente hacia esto. El viejo pudo constatar que en la arena habian miles de estrellas de mar y quien las recogia y lanzaba al mar era un joven. Al acercarse al joven le dijo: " dime hijo que haces" y este le contesto " lanzo estrella de mar al agua, ya que la marea pronto bajara, y todas moriran " y diciendo esto el joven agarro nuevamente otra estrella y corriendo dentro del mar la lanzò tan lejos como pudo. Al ver el viejo que en la playa habian miles de ellas. Le dijo al joven nuevamente. "pero mira cuantas hay son miles, lo que tu haces no tiene sentido". Entonces el joven tomò otra nuevamente y la lanzò con fuerza, entonces le dijo al viejo. " para esa estrella de mar si tuvo sentido". Reflexion: lancemos nuestras propias estrellas en la vida y tratemos de que lo que hagamos tenga sentido para nosotros aun cuando los demas piensen lo contrario. Seamos mejores, aun a costa de las envidias y rechazos de las personas que tenemos a nuestro lado.

De Todos Modos

En un cartel en el muro de una casa infantil de Calcuta, la Madre Teresa dejó escrito lo siguiente: - Las personas son irrazonables, inconsecuentes, ámalas de todos modos. - Si haces el bien, te acusaran de tener obscuros motivos egoístas, haz el bien de todos modos. - Si tienes éxito genuino y verdadero, y te ganas amigos falsos y enemigos verdaderos, lucha de todos modos. - El bien que hagas hoy será olvidado mañana; haz el bien de todos modos. - La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable; sé sincero y franco de todos modos. - Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una noche; construye de todos modos. - Alguien que necesita ayuda de verdad puede enojarse si lo ayudas; ayúdale de todos modos. - Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello; da al mundo lo mejor que tienes de todos modos. Dios conoce nuestras debilidades, y nos ama de todos modos.

8 Pasos de Fortaleza Espiritual

1.- Confianza, Pobre en Espíritu: Sentirse abandonado en Su confianza, depender de Dios a cada momento, ósea todos los días, las 24 horas, cada minuto, cada segundo. 2.- Arrepentimiento, Los que Lloran: Los que lloran por Dios cuando ofendemos, por sabernos lejos de El a causa de nuestras faltas. 3.- Caridad, Los Mansos: Estos son los que ya no se pelean por tonterías, con este tipo de personas se puede platicar, por que representa la humildad, en todo momento. 4.- Hambre y Sed de Justicia: Estos son los que tienen hambre de la Palabra y sed de justicias, quiere decir formar hábitos desinteresadamente, leer Su palabra: unas cada día por lo menos. 5.- Misericordiosos: Estos son hábitos divinos, el que no tiene rencores con sus enemigos. Hacen favores a los que no se lo merecen, bendicen a sus enemigos, así son las características de un misericordioso, ejemplo que debemos practicar cada uno de nosotros si queremos seguir creciendo en los caminos de Dios. 6.- Limpios de Corazón Estos son los que verdaderamente alaban a Dios en todo momento, son fieles a Dios en todo, porque alaban sin estar mirando al otro lado criticando a sus semejantes, estos son guiados por el espíritu Santo. 7.- Paz, Los Pacificadores: Estos son los que tienen capacidad de poner paz en la tormenta, aunque esta arrecie son pacíficos, no se alteran por nada, es más, apaciguan las aguas. 8.- Verdad, Los que Padecen de Persecución: Estos son los que no mienten, su estado de solvencia ante sus deudores les permite no tener temores, aunque los insulten no temen, por que Nuestro Dios verdadero esta con ellos.

La Palabra Amor se escribe con "P"

Porque para amar se debe poseer PACIENCIA en los momentos en que el mismo amor te pone a prueba. El verdadero amor se escribe con "P", porque para olvidar un mal recuerdo debe de existir PERDÒN antes que el odio entre a aquellos que se aman. Amor se escribe con "P"... porque para obtener lo que deseas, debes de PERSEVERAR hasta alcanzar lo que te has propuesto. El sincero amor se escribe con "P"... porque la PACIENCIA el PERDON y la PERSEVERANCIA son ingredientes necesarios para que un amor perdure. Porque amor es también.... una PALABRA dicha a tiempo... Es el PERMITIRSE volver a confiar... Es PERMANECER en silencio escuchando al otro... Es esa PASION, que nos llena de estrellitas los ojos al pronunciar el nombre del que amamos... El amor se escribe con "P"... Porque son esas PEQUEÑAS cosas que nos unen al ser amado día tras día.
sábado, 1 de noviembre de 2008

El Hombre y El Mundo

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, y viendo que era imposible sacarlo, trató de distraer su atención dándole una revista en donde venía el mapa del mundo, lo recortó en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:

Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie.

Sólo pasaron algunas horas cuando escuchó la voz del niño que le decía: Papá, ya arreglé al mundo. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

Hijo, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo...

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martes, 14 de octubre de 2008

Zanahoria, Huevo o Café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida “ ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. Entonces, la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Que significa esto, padre?" Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura, soberbia; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. "¿Cuál eres tu hija?" Le dijo. "Cuando la adversidad llama a tu puerta; ¿cómo respondes?” ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero que después de una muerte, una separación, un despido, una piedra en el camino se vuelve duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tu reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Por eso no dejes jamás de esparcir con tu fuerza y positivismo el "dulce aroma del café." Recordemos: No somos responsables de las eventualidades que la vida nos presenta, pero sí somos responsables de nuestra actitud y reacción ante ellas.

Once Peticiones Desoídas

1. Yo había pedido a Dios poder para ser amado, y me he encontrado con el amor para no necesitar ser poderoso. 2. Yo le había pedido la salud para hacer grandes cosas, y me he encontrado con la enfermedad para hacerme grande. 3. Yo le había pedido la riqueza para ser feliz, y me he encontrado con la felicidad para poder vivir en la pobreza. 4. Yo le había pedido leyes para dominar a otros, y me he encontrado con la libertad para liberarlos. 5. Yo le había pedido admiradores para estar rodeado de gente, y me he encontrado amigos para no estar solo. 6. Yo le había pedido ideas para convencer, y me he encontrado respeto para convivir. 7. Yo le había pedido dinero para comprar cosas, y me he encontrado personas para compartir mi dinero. 8. Yo le había pedido milagros para creer, y él me ha dado fe para hacer milagros. 9. Yo le había pedido una religión para ganarme el cielo, y él sólo me ha dado a su Hijo para acompañarme por la tierra. 10. Yo le había pedido de todo para gozar en la vida, y él me ha dado la vida para que goce de todo. 11. Yo le había pedido ser un Dios, y él eligió hacerse humano como yo.
sábado, 11 de octubre de 2008

Los Ángeles de Papi

"Querido Dios, ¿podrías, por favor, enviar dos ángeles para que protejan a mi papi? No quiero ser egoísta, pero, tú sabes, él mide 6 pies con 5 pulgadas. Podría necesitar las alas de dos ángeles para que lo cubran por completo. Por favor deja que sus alas sean sus escudos cuando las balas y los cohetes sean disparados. Déjale saber que él es protegido y dale conforte. Amén." Le pedía a mis hijas que oraran esta oración todos los días mientras mi esposo se había ido, y yo repetía una oración similar varias veces durante el día. Dos semanas después mi esposo volvió de Baghdad, él contó una historia de cómo después de la media noche y sintió que adentro de su trailer había un intruso es su pequeño cuarto. Cuando su búsqueda reveló que no había nadie, él se preparó para dormir con un gran sentimiento de paz y conforte. Una hora más tarde él fue despertado por el sonido de disparos de balas. Acostado sobre su estomago, con su arma, él nos contó como nunca sintió miedo. Mi hija le preguntó cómo fue esto posible. Mi esposo le dijo que pudo sentir a alguien en el cuarto protegiéndolo. En realidad, dijo, se sentía más como dos. Los ojos de mi hija se abrieron bien grandes, mientras ella me miraba y dijo, "los ángeles de papi." Esto fue lo primero que mi esposo escuchó sobre nuestra oración especial por él. Tammy Ross

La Entrevista

Una famosa periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo, artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores e ingenieros. Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influído en su comunidad o naciones y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras. Un día de camino a su oficina le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida la cual estaría relacionada con su obra máxima: el hombre; de repente , se vio envuelta por una gran luz en medio de un torbellino: - Para, me dijo, asi que quieres entrevistarme? - Bueno, le contesté , si es que tienes tiempo. Se sonrió y dijo: - Mi tiempo es la eternidad y alcanza para todo. Qué pregunta quieres hacerme? - Ninguna nueva ni difícil, para ti: que comentario te merece el hombre a quien creaste a tu imagen y semejanza? Un poco entristecido, Dios respondió : Que se aburre de ser niño por la prisa de crecer, y luego suspira por volver a ser niño. Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para recuperar la salud. Que se pasa toda la vida acumulado bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán. Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuida su hora actual, y ni vive el presente ni el futuro. Que se pasa toda la vida tratando de ser feliz y se olvida que la felicidad no es otra coasa que la capacidad de disfrutar lo que se tiene. Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. Que se pasa toda la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor. Que se pasa la vida buscanco triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. Que se pasa la vida buscanco la aprobación de los demás, cuando ni siquiera él mismo se aprueba. Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que ésta es producto de sus decisiones. Que se pasa la vida cambiando a los amigos, sin comprender que son los amigos los que cambian. Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo. Que vive como si no fuera a morirse y, sin embargo, se muere como si no hubiera vivido. Que creé al hombre para que sea feliz, pero él escogió la infelicidad. Y una profunda tristeza se llenó el lugar

Fábula China

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío. Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz" Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China" La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos. En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles" Maravilloso relato, ¿no? En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido... Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir "me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto". Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... la "viveza" se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos... La verdad, la sinceridad, la humildad... no son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO. Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados... ese ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso... de ti depende.
lunes, 15 de septiembre de 2008

Dos Corazones

Historia de un niño adoptivo.
- (La importancia y el amor de las dos mamás de un niño adoptivo: una que dio la vida y la otra que le enseñó a vivirla...)
- A una no la recuerdas... A la otra la llamas mamá.
- La primera te dio la vida... La segunda te enseño a vivirla.
- La primera te ha creado la necesidad de amor... La segunda estuvo allí para satisfacerla.
- Una te dio la nacionalidad... La otra un nombre.
- Una, la semilla del crecimiento... La otra, el objeto.
- Una te ha ocasionado emociones... La otra ha calmado tus miedos.
- Una ha visto tu primera sonrisa... La otra ha enjuagado tus lágrimas.
- Una te ha dejado, era todo lo que podía hacer... La otra rezaba por un niño y el Señor la ha guiado hacia ti.
Sólo dos amores distintos...

Las 5 Reglas

La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad, estaba completamente lista como cada mañana a las 8 en punto, con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a ser casi ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía necesario el traslado.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, yo le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana. "Me encantan", dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro.
- "Sra. Pepita, usted aún no ha visto el cuarto.... espere".
- "Eso no tiene nada que ver", dijo ella. "La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría". "Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme".
Estas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que si funcionan.
Cada día es un regalo, y por el tiempo que mis ojos se abran me centraré en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente.....sólo por este momento en mi vida. La vejez es como una cuenta bancaria...uno extrae de lo que había depositado en ella". "Entonces, mi consejo para ti sería que deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos".
Gracias por lo que has hecho para llenar mi banco de memorias.
Recuerda estas simples 5 reglas para ser feliz:
1. Libera tu corazón de odio.
2. Libera tu mente de preocupaciones.
3. Vive humildemente.
4. Da más.
5. Espera menos.

Cuando la Fruta no Alcance

Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña, y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran.
El primero dijo: "Pues aparece mas comida", Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene.
Dijo el segundo entonces: "Entonces haz que la fruta crezca para que sea suficiente", a lo que Dios contestó que No, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.
El tercero dijo entonces: "Mi buen Dios, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance". Dios dijo: "Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad".
Saben, se nos enseña siempre a que otros arreglen los problemas o a buscar la salida fácil, siempre pidiendo a Dios que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada. Por eso muchas veces parece que Dios no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando. Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros.
Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Dios es reconocernos débiles, y ser humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que al empequeñecernos en lujos y ser mansos de corazón veremos la prosperidad de Dios y la forma como Él Si escucha. Pídele a Dios que te haga pequeño...Hazla prueba!!!!
miércoles, 3 de septiembre de 2008

Evangelio

Evangelio, es decir amigo, es decir hermano
Evangelio, es darte mi tiempo, es darte mi mano
Evangelio, es mirarte a los ojos, es reír contigo es compartir tu pena, es llevarte a Cristo.
Evangelio es vivir como un pobre que todo lo espera
Evangelio es mirar al cielo con ojos de niño
Evangelio es dar gracias al Padre al caer el día y continuar cantando, al hacer camino.
Evangelio es llevar la paz siempre contigo
Evangelio, es amar de balde hasta caer rendido
Evangelio, es decir te amo a tu enemigo abandonar tu vida en manos de Cristo.
Evangelio es lealtad, es vivir unidos, es llevar esperanza a un mundo que llora perdido.
Evangelio, es romper cadenas, es abrir sepulcros.
¡No le busquéis muerto que está entre los vivos!
Isabel Vargas (Argentina)

LA MEJOR Y LA PEOR COMIDA DEL MUNDO

"Hace mas de 2.000 años atrás, un rico mercader griego tenía un esclavo llamado Esopo. Un esclavo no muy bien parecido, feo, mas de sabiduría única en el mundo. Cierta vez, para probar las cualidades de su esclavo, el mercader ordenó:
-Toma, Esopo. Aquí está este saco de monedas. Corre al mercado y compra los mejores ingredientes para un banquete. La mejor comida del mundo!
Poco tiempo después, Esopo volvió del mercado y colocó sobre la mesa un plato cubierto por un fino paño de lino. El mercader levantó el paño y se sorprendió:-¡Ah!!! , ¿lengua? Nada como una buena lengua que los pastores griegos saben preparar muy bien. Pero ¿porqué escogiste exactamente a la lengua como la mejor comida del mundo?
El esclavo, con la mirada baja, explicó su preferencia:
-¿Qué hay mejor que la lengua, señor? La lengua nos une a todos, cuando hablamos. Sin la lengua no podríamos entendernos. La lengua es la llave, el órgano de la verdad y la razón. Gracias a la lengua se construyen ciudades, gracias a la lengua podemos expresar nuestro amor. La lengua es el órgano del cariño, de la ternura, del amor, de la comprensión. Es la lengua que torna eternos los versos de los poetas, las ideas de los grandes escritores. Con la lengua se enseña, se persuade, se instruye, se reza, se explica, se canta, se describe, se elogia, se demuestra, se afirma. Con la lengua decimos "madre" y "querida" y "Dios". Con la lengua decimos "sí", con la lengua decimos "!yo teamo"! ¿Puede haber algo mejor que la lengua señor?
El mercader se levantó entusiasmado:
-!Muy bien. Esopo! Realmente me has traído lo mejor que hay. Toma ahora este otro saco de monedas. Anda de nuevo al mercado y trae lo que haya de peor, pues quiero ver tu sabiduría.
Después de algún tiempo, el esclavo Esopo volvió del mercado trayendo un plato cubierto por un paño.
El mercader lo recibió con una sonrisa:
-Hummm......ya, sé lo que hay de mejor. Veamos ahora lo que hay de peor...El mercader descubrió el plato y quedó indignado:
-¿Quéee?! ¿Lengua? ¿Lengua otra vez? ¿Lengua? ¿No dijiste que la lengua era lo mejor que había? ¿Quieres ser azotado?
Esopo bajó la mirada y respondió:
-La lengua, señor, es lo peor que hay en el mundo. Es la fuente de todas las intrigas, el inicio de todos los procesos, la madre de todas las discusiones.
Es la lengua la que separa a la humanidad, que divide a los pueblos. Es la lengua la que usan los malos políticos cuando quieren engañar con sus falsas promesas. Es la lengua la que usan los pícaros cuando quieren estafar. La lengua es el órgano de la mentira, de la discordia, de los malos entendidos, de las guerras, de la explotación. Es la lengua la que miente, la que esconde, que engaña, que explota, que blasfema, que insulta, que se acobarda, que mendiga, que provoca, que destruye, que calumnia, que vende, que seduce, que corrompe.
Con la lengua decimos "muere" y "canalla" y "demonio". Con la lengua decimos "no". Con la lengua decimos "!yo te odio!" Ahí está señor, porqué la lengua es la mejor y la peor de todas las cosas!
¿Y tu lengua como la catalogas? ¿Cómo la mejor o como la peor?
sábado, 9 de agosto de 2008

Un Verdadero Amor

Un hombre de edad avanzada vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado. Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella". Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: "El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es"

El Puente del Amor

Los padres de Luis vivían en la playa de un hermoso lago de Suiza. Su padre trabajaba en el lado opuesto. Un día Luis y su hermano fueron a través del lago al encuentro de su padre. La madre les vigilaba desde la ventana. Todo iba bien, pero de repente se dio cuenta de que el hielo sobre el cual andaban estaba partido. El hermano mayor saltó fácilmente al otro lado, pero la madre exclamó sollozando desde la ventana: "¡El pequeño! El pequeño no puede saltar". Entonces vio como el hermano mayor extendía su cuerpo entre los dos hielos y el pequeño pasaba por encima de él. ¿No es esto lo que Cristo hizo con su propio cuerpo? Lo puso como puente por el cual el hombre pudiera llegar hasta Dios.
viernes, 25 de julio de 2008

El Rey y el Pobre

En Persia se cuenta la historia del gran Manú, Shah Babas, en cuyos dominios no se ponía el sol, que reinó con todo esplendor, tenía fama de justo y le encantaba mezclarse con el pueblo, pasando desapercibido para compartir y dar solución a sus problemas.
En cierta ocasión, se vistió de pobre y al pasar por la cocina observó en un rincón una angosta puerta para él hasta entonces desconocida. Descendió ellargo, lóbrego y húmedo trecho de escaleras que conducía a un sótano, de reducidas dimensiones y calor asfixiante, en el que un carbonero sentado en un montón de cenizas, atendía la caldera de palacio.
El Manú se sentó a su lado y comenzó a hablar. Llegó la hora de comer y el fogonero sacó un sucio pan moreno y áspero y una jarra de agua. Se sentaron a comer y beber. El shah se fue, pero continuó visitándolo con frecuencia, movido por la compasión que sentía por aquel hombre solitario.
Amablemente le dio consejo y el pobre le abrió todo su corazón y amó a aquel amigo tan bondadoso y sabio pero tan pobre como él.
Finalmente, el Manú pensó: " Este hombre que vive permanentemente recluido en el sótano, cumpliendo de forma abnegada con su trabajo, con total aceptación de su destino y sin que una sola queja salga de sus labios, merece una gran recompensa. Le diré quién soy a ver qué presente me pide."
Le dijo pues:
Crees que soy pobre, pero soy tu Manú, el Shah Babas, pídeme lo que quieras. El gobernante esperaba que le pidiera algo grande, pero el hombre se quedó sentado, inmóvil, petrificado, mirándolo con amor y asombro.
Entonces el Manú le dijo posando una mano sobre su hombro:
-- ¿No entiendes? Te puedo hacer rico y noble, puedo poner una ciudad en tusmanos, te puedo hacer un gran gobernador: ¿No tienes nada que pedir?
El hombre respondió amablemente:
-- Sí, mi señor, he entendido. Más no entiendo cómo tu que gobiernas más de 3.000 por 10.000 mundos y varios soles, mandas sobre billones y trillones de seres y eres el encargado de crear un nuevo mundo para afrontar mejores tiempos, puedes haber salido de tu palacio y tu gloria para sentarte conmigo en este lóbrego cuchitril, comer mi tosca comida y preocuparte por si estoy felizo apenado. Ni tú mismo me puedes dar nada más valioso. A otros les puedes otorgar ricos presentes, pero a mí me has dado a ti mismo; lo único que te puedo pedir es que nunca me quites este regalo de tu amistad y de tu amor".
La emoción que embargaba su espíritu enmudeció sus palabras y desde el fondo del corazón brotó un "gracias" e inclinándose en señal de respeto depositó a sus pies dos brillantes lagrimas.
Autor Desconocido

Confío en Ti

¿Por qué te agitas y confundes por los problemas que te trae la vida?
Déjame controlar todas tus cosas e irán tornándose mejores.
Cuando te entregues totalmente a mi, todas las cosas serán resueltas con tranquilidad, de acuerdo a mis planes.
No te frustres, no me ores como apresurándome, como si quisieras forzarme a realizar tus planes. En lugar de eso, cierra los ojos de tu alma y con pazdime: "JESÚS, YO CONFÍO EN TI".
CONFÍA EN MI
Trata de evitar esos pensamientos que te angustian al querer comprender las cosas que te pasan.
No arruines mis planes tratando de imponer tus ideas, déjame ser tu Dios y actuar libremente en tu vida.
Entrégate a mi con completa confianza y deja tu futuro en mis manos.
Dime frecuentemente: "JESÚS YO CONFÍO EN TI".
Lo que más te lastima es cuando tratas de razonarlo todo de acuerdo a tus pensamientos e intentas resolver tus problemas a tu manera. Cuando me digas: "JESÚS YO CONFÍO EN TI", no seas como el impaciente que dice al Doctor: "cúreme", pero le sugiere la "mejor" forma de hacerlo.
Déjate curar por mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo.
CONFÍA EN MI
Si ves que las cosas se vuelven peores o más complicadas, aún cuando tú estás orando, mantente confiado en mí, cierra los ojos de tu alma, y continúa diciendo a cada hora: "JESÚS YO CONFÍO EN TI"
Necesito mis manos libres para poder manifestarte mis bendiciones.
No ates mis manos con tus absurdas preocupaciones.
Satanás quiere que te frustres, hacerte sentir triste, quitarte la paz.
Confía en mi, descansa en mí, entrégate a mí.
CONFÍA EN MI
Yo hago milagros en la medida en que Tú te abandonas a mí y de acuerdo a le Fe que me tienes.
Así que no te preocupes, dame todas tus frustraciones y duerme en paz, y siempre dime: "JESÚS YO CONFÍO EN TI" y verás grandes milagros.
Te lo prometo con todo mi Amor.
JESÚS
miércoles, 23 de julio de 2008

Madre hay una Sola... por suerte

Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer pude convertirse en madre.
La naturaleza la ha dotado a mansalva del “instinto maternal” con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura. Pero gracias al “instinto maternal” la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.
Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales,que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.
Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche.
Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada...
Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.
Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.
Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.
Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.
Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir, que “son cosas de la edad” cuando la mandan al carrizo.
Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de laMadre.
El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.
Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.
Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.
Autor: Isabel Allende

Papá tengo hambre

Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol escaldante invitaba a todos a un refresco. Ricardito no aguantó el olor rico del pan y dijo:
- ¡¡¡Papá tengo hambre!!!
El padre; Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco más de paciencia...
- Pero papá, ¡desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papá!
Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pide al hijo esperar en la vereda mientras entra en la panadería que estaba enfrente.
Al entrar se dirige a un hombre en el balcón:
- Señor, estoy con mi hijo de tan sólo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me dé un pan para que yo pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.
A Amaro; el dueño de la panadería le extraña que aquel hombre de semblante calmo y sufrido, pida comida a cambio de trabajo y pide que llame al hijo...
Agenor toma al hijo de la mano y lo presenta a Amaro, que inmediatamente pide que los dos se sienten junto al mostrador, donde manda servir dos platos de comida del famoso PLATO DEL DIA: ARROZ, FRIJOLES, CARNE MOLIDA Y HUEVO.
Para Ricardito era un sueño, comer después de tantas horas en la calle... Para Agenor, un dolor más, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacía recordara la esposa y a dos hijos más que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz... Gruesas lágrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado. Lasatisfacción de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar de los dioses, y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de más de 2 años de desempleo, humillaciones y necesidades...
Amaro se aproxima con Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajar:
- ¡Oh, María!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo, ¡hasta está llorando de tristeza de ese plato.Inmediatamente, Agenor sonríe y dice que nunca comió comida tan apetitosa, y que agradecía a Dios por tener ese placer...
Amaro pide entonces que el tranquilice su corazón, que almorzase en paz y después conversarían acerca del trabajo... Más confiadamente, Agenor seca las lágrimas y empieza a almorzar, ya que su hambre ya estaba en las espaldas...
Después del almuerzo, Amaro invita Agenor para conversar en los fondos de la panadería, donde había un pequeño escritorio... Agenor cuenta entonces que hace más de 2 años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequeñas "chambas aquí y allí", pero que hace 2 meses no recibía nada...
Amaro resuelve entonces contratar Agenor para servicios generales en la panadería, y le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 días...
Agenor con lágrimas en los ojos agradece la confianza de aquel hombre y marca para el día siguiente su inicio en el trabajo...
Al llegar a casa con toda aquella cantidad Agenor es un nuevo hombre. Sentía esperanzas, sentía que su vida tomaría nuevo impulso... Dios le estaba abriendo más que una puerta, era toda una esperanza de días mejores...
Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panadería ansioso de iniciar su nuevo trabajo... Amaro llega luego y sonríe para aquel hombre que ni él sabía por qué estaba ayudando...
Tenían la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de éllo llamaba para ayudar a aquella persona... Y, no se equivocó. Durante un año, Agenor fue el más dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes...
Cierto día, Amaro llama Agenor para una charla y habla de la escuela que abrió lugares para la alfabetización de adultos a una cuadra arriba de la panadería, y que él tenía interés que Agenor estudiara. Agenor nunca se olvidó de suprimer día de clase: la mano trémula en las primeras letras y la emoción de la primera carta...
Doce años se pasan desde aquel primer día de clases...Vamos a encontrar al Dr. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su oficina a su cliente, y después a otro, y después a otro más...
Al medio día él baja para un café en la panadería del amigo Amaro, que queda impresionado en ver al antiguo empleado" tan elegante en su primer traje...
Diez años se pasan, y ahora el Dr. Agenor Baptista, ya con una clientela que mezcla los más necesitados que no pueden pagar, y los más adinerados que pagan muy bien; decide crear una institución que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y carenciados de todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo...
Más de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista...
Todo cambió, todo pasó, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocían un poco de la historia de cada uno...Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo día, casi en la misma hora, muriendo plácidamente con una sonrisa del deber cumplido...
Ricardito, el hijo, mandó grabar delante de la "Casa del Camino", que su padre fundó con tanto cariño:
"Un día yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un día yo estaba sin esperanzas y me diste un camino.
Un día me desperté solo, y me diste a Dios, y eso no tiene precio.
¡Qué Dios habite en tu corazón y alimente tu alma!
¡Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien necesita!"
(Historia verídica)

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