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Bendición de la Mesa en Navidad

Un Hermano Así

Carta de Navidad a los Niños

Navidad en el Asilo

El Verdadero Valor de las Cosas

Dos Bebés en un Pesebre

Los Bienes Invisibles

Cómo hacer de tu hijo un Delincuente

El Sentido de la Vida

Cierto dia se encontraba un viejo caminando por la playa, a lo lejos pudo percibir que alguien entraba al mar y luego salia corriendo nuevamente y se agachaba a levantar algo de la arena. Y asi sucesivamente hacia esto. El viejo pudo constatar que en la arena habian miles de estrellas de mar y quien las recogia y lanzaba al mar era un joven. Al acercarse al joven le dijo: " dime hijo que haces" y este le contesto " lanzo estrella de mar al agua, ya que la marea pronto bajara, y todas moriran " y diciendo esto el joven agarro nuevamente otra estrella y corriendo dentro del mar la lanzò tan lejos como pudo.
Al ver el viejo que en la playa habian miles de ellas. Le dijo al joven nuevamente. "pero mira cuantas hay son miles, lo que tu haces no tiene sentido".
Entonces el joven tomò otra nuevamente y la lanzò con fuerza, entonces le dijo al viejo. " para esa estrella de mar si tuvo sentido".
Reflexion: lancemos nuestras propias estrellas en la vida y tratemos de que lo que hagamos tenga sentido para nosotros aun cuando los demas piensen lo contrario. Seamos mejores, aun a costa de las envidias y rechazos de las personas que tenemos a nuestro lado.
De Todos Modos

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La Palabra Amor se escribe con "P"

El Hombre y El Mundo

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, y viendo que era imposible sacarlo, trató de distraer su atención dándole una revista en donde venía el mapa del mundo, lo recortó en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:
Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie.
Sólo pasaron algunas horas cuando escuchó la voz del niño que le decía: Papá, ya arreglé al mundo. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
Hijo, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?
Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo...
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